Entrevista APRAMP en COPE Madrid

“Los proxenetas me quitaron todo”

El duro testimonio de Marcela, superviviente de la trata. Ahora ayuda a otras mujeres a salir de la esclavitud sexual a través de APRAMP

Belén Ibáñez. Redactora de la sección Madrid
17 ene 2024

Cuando entras en APRAMP, La Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida, te encuentras un tienda de ropa y detrás un pequeño taller de costura donde varias mujeres diseñan, cortan y cosen las prendas que luego venden. Son mujeres de mediana edad que han logrado salir de una situación de trata de personas gracias a esta Asociación que las rescata Son “supervivientes”. No es fácil trabajar en este mundo, nos cuenta Rocío Mora presidenta de Apramp. Vamos de dos en dos, introduciéndonos en el mundo de la prostitución y allí vamos contactando con las mujeres, contándolas que hay salida a su situación. Que se pueden romper las cadenas que mantienen presas a estas mujeres.

Escuchamos en numerosas ocasiones, sobre todo en los últimos días, operaciones policiales en las que se liberan un gran número de mujeres explotadas y sometidas a la esclavitud sexual, viviendo en condiciones infrahumanas y sin ninguna dignidad como personas. Lo oímos, en ese momento nos escandalizamos, pero al poco tiempo nos olvidamos…La trata de personas, en concreto de mujeres, es una realidad que está muy presente y que no debe quedarse en el titular de una noticia. Cada vez se captan mujeres más jóvenes. Mujeres que son engañadas y a las que se despoja de documentación, de identidad y de dignidad.

Tenemos que hacer un esfuerzo toda la sociedad, insiste Rocío…Dejar de frivolizar la imagen de la mujer prostituida con los tacones, los vestidos estrechos…porque la realidad de estas mujeres es bien distinta. Son personas que están presas en una situación de la que es muy difícil salir, pero gracias al trabajo de estas voluntarias se consigue.

MARCELA VÍCTIMA DE TRATA

Es el caso de Marcela que fue engañada y captada por una red de prostitución. Ahora es una de las voluntarias que sale a buscar a otras víctimas para ayudarlas a salir de la esclavitud.

Ella es brasileña. Estaba estudiando derecho cuando alguien de su entorno le habló de la oportunidad que sería para ella terminar la carrera en Europa. Allí tendría más posibilidades de ejercer la profesión y en mejores condiciones. Le engañó proponiéndole un plan difícil de rechazar. Trabajaría al principio cuidando niños mientras estudiaba y luego trabajaría en algún despacho profesional. El destino era España.

UN TELÉFONO QUE SALVA VIDAS

Al llegar aquí le quitaron todo. Documentación, pertenencias y libertad. Le amenazaron con matar a sus sobrinas, dos niñas pequeñas si no accedía o denunciaba. Tendría además que pagar una deuda no solo del viaje, sino de la estancia y la manutención. El miedo al daño que pudieran hacer a sus sobrinas la paralizó. “…yo no vine a hacerme rica, a comprar ropa cara, yo vine en busca de un sueño, que era acabar la universidad y puse en peligro la vida de mis sobrinas en peligro”. Sin embargo insiste en que esa situación tiene salida. Ella pudo salir gracias a APRAMP. “Hay un teléfono que salva vidas, recuerda es el 609 589 479, ese teléfono me salvó a mi”. Anima además a denunciar… los proxenetas me quitaron todo, el bien jurídico es la dignidad, eso no te lo pueden quitar… denuncia, denuncia, denuncia…”.

CHICAS CADA VEZ MAS JOVENES SON CAPTADAS POR REDES SOCIALES

Pero además alertan de que esta situación de trata afecta a mujeres todas las nacionalidades. También a las españolas. Hay víctimas cada vez más jóvenes y no siempre son mujeres procedentes de familias desestructuradas o con una situación económica precaria. Cada vez hay más niñas que son captadas a través de las redes sociales. Los proxenetas se meten en las redes, pero también en los videojuegos cuando están en línea. Hay que estar muy atentos. Empiezan pidiendo una foto comprometida y esa foto la utilizan para extorsionar a la chica y obligarla a hacer otras cosas. Hay que estar muy atentos a lo que hacen nuestros hijos. Los proxenetas suplantan identidades para acceder a víctimas cada vez más jóvenes y vulnerables.

 

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