Día Mundial por la lucha contra la depresión

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de lucha contra la depresión, un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de discapacidad.

Desde APRAMP son varias las ocasiones en las que se ha dejado constancia de las consecuencias que sufren las mujeres y niñas explotadas sexualmente y en contextos de prostitución. En 2019 se presentó el Proyecto “Impacto Psicológico de la Trata de Seres Humanos para Explotación Sexual en las Supervivientes’ (PHIT)” un proyecto internacional en el que APRAMP formó parte daba constancia de que el 60% de las mujeres víctimas de esta forma de violencia sumaban a las heridas físicas algún tipo herida psicológica como ansiedad, estrés postraumático… que requieren ser atendidas.

A nivel psicológico, las víctimas de trata con fines de explotación sexual y en contextos de prostitución sufren con frecuencia alteraciones psicológicas que pueden, dependiendo de los casos, derivar en trastornos psicológicos graves entre los que se encuentran de forma más habitual: el trastorno de estrés postraumático, trastorno de estrés agudo, depresión, ansiedad…

En el caso de víctimas de trata menores de edad, se repiten algunas de las características comentadas como el trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, fobias, etc., y además podemos hablar de ciertas tendencias al aislamiento, conductas regresivas, sentimientos de culpa, vergüenza…

Desde APRAMP, ante la situación a la que se ven abocadas las víctimas y supervivientes, nos preocupamos por la salud física y psicológica de todas las mujeres y niñas. Por ello, trabajamos desde hace años con ellas a lo largo del proceso de recuperación; apoyando a todas las mujeres que pasan por una situación tan devastadora como la trata y la explotación y con ello prevenimos daños mayores, acompañándolas en cualquier situación como la depresión como consecuencia de esta.

Las acciones puestas en marcha por APRAMP están marcadas por la flexibilidad y adaptabilidad a cada caso. La experiencia adquirida tras casi cuatro décadas de trabajo, nos demuestra que , a pesar de las secuelas sufridas, las niñas y mujeres pueden desarrollar sus capacidades más resilientes que les ayuden a superar los traumas sufridos y retomar las riendas de su vida.

 

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