Las mujeres y niñas que acceden a esta etapa son aquellas que de una forma consciente solicitan ayuda y protección para salir de la situación de abuso que supone la trata de personas y la explotación sexual. Se da comienzo a un trabajo en profundidad de desarrollo personal y afectivo.
Se trata de plantear un modelo de adquisición de hábitos y habilidades básicas que desde su implicación les ayude a adaptarse a la situación a la que se tienen que enfrentar. El marco de la convivencia y apoyo a la mujer, se ha planteado en el piso con la ayuda de un equipo multidisciplinar junto con el apoyo de la labor que desempeñan los mediadores.
Se pretende garantizar unas condiciones adecuadas de protección y alojamiento que contribuyan a la recuperación de las víctimas y a la restitución de sus derechos fundamentales.
Además, se les informa de las posibilidades que se les plantean para que pueda tomar decisiones sobre si cooperar con la investigación policial y el proceso judicial y sobre si optan por el retorno o por permanecer en España, de cara al Período de Restablecimiento y Reflexión.
Sea cual sea la decisión tomada, se les apoya y acompaña en todas las gestiones y trámites necesarios, así como en la recuperación física y psicológica; proponiéndoles un itinerario de formación e inserción laboral como alternativa a la situación de explotación que han sufrido.
APRAMP cuenta con el único recurso especializado a nivel nacional que acoge y
protege a menores víctimas de trata.
Víctimas menores de edad
Cuando la víctima es una menor de edad, se ponen en marcha mecanismos especiales de protección. En los últimos años, APRAMP ha detectado el aumento de menores de edad en situación de trata y explotación sexual. En su mayoría son jóvenes entre 15 y 18 años de nacionalidad rumana, nigeriana, china y paraguaya, hijas de víctimas de trata, así como mayores de edad que comenzaron a ser explotadas siendo menores.
La metodología especial del Equipo de la Unidad de Rescate se encarga de la Detección e Identificación; ha permitido que cada año se identifiquen más menores, a partir de indicadores específicos desarrollados por el equipo.
Cuando los equipos de APRAMP identifican a una menor, informan a la Policía para que puedan actuar y se active así el mecanismo de protección de menores. Sin embargo, hasta el momento no existen recursos específicos para menores víctimas de trata. Los centros de menores no cuentan con la formación ni con la protección necesaria para este tipo de víctimas.
Por esa razón, la Fiscalía de Extranjería y APRAMP pusieron en marcha un sistema de protección especial, que permite a la Fiscalía -como medida cautelar- autorizar a la asociación para que tutele a las menores, incorporándolas a su Programa de Atención Integral.
Una sistemática coordinación con las autoridades competentes en protección de menores hace posible la derivación de casos de menores víctimas de trata a APRAMP, reconociendo así la idoneidad de sus recursos para garantizar protección y asistencia. APRAMP considera necesario que las autoridades desarrollen tanto capacidades específicas en la identificación como en protección y recursos especializados de asistencia.